Por: YEISON GUALDRóN eltiempo.com
Según Corantioquia hay identificados 200 puntos mineros que explotan grupos al margen de la ley.
Bajo Cauca. Una fiebre de oro volvió a penetrar los densos bosques del Bajo Cauca antioqueño.
Pero esta vez, los grupos armados ilegales juegan un papel preponderante en el auge minero que evoca las décadas de los 70 y 80, cuando a esa subregión arribaron las primeras retroexcavadoras a remover tierra en busca del metal.
Según cálculos de Corantioquia, en el Bajo Cauca existen alrededor de 680 puntos mineros de aluvión.
Unos 480 le pertenecen a los ilegales -o informales- y 200 estarían siendo explotados por las Farc, 'los Rastrojos', 'los Urabeños', 'los Paisas' y el Ejercito Popular Anticomunista, grupos armados que estarían moviendo entre 400 y 600 retroexcavadoras.
"Estimar cuál es la productividad de esas minas (las ilegales y armadas) es muy complejo. Lo que se entiende es que tiene que ser alta porque la intensidad de uso es muy grande ya que el territorio del Bajo Cauca es, en sí mismo, muy rico en oro", explicó el director de Corantioquia, Luis Alfonso Escobar.
Esto no es un secreto para las autoridades pues el combate en contra del narcotráfico hizo que las estructuras delincuenciales vieran en el oro una excelente fuente de recursos, tanto desde su explotación como desde la extorsión.
"El oro da tanta plata que el minero empresario se presta a pagar 'vacunas' por las máquinas, por la cantidad de oro que sale, por los materiales que entran (alrededor de 25 millones anuales).
Lo preocupante es que no denuncian pues allá todos ganan: el minero, la delincuencia, la subversión, las 'bacrim'", manifestó el coronel José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía del departamento.
Pero para Ramiro Restrepo, presidente de la Confederación Nacional de Mineros, que asocia a los informales de diferentes departamentos, ellos no son más que víctimas del conflicto pues la Fuerza Pública no los protege.
"Los ilegales amparados en sus armas nos obligan a pagar o si no nos matan. Lo que le exigimos al Gobierno son garantías y seguridad", señaló sin negar que sabe de algunos criminales que han incursionado en la minería. "Eso ya lo denunciamos, pero no se debe generalizar, son casos excepcionales", aclaró Restrepo.
Minería sin título
Más que enfrentar a grupos armados, lo frustrante para la Fuerza Pública es lidiar con la "complacencia" del Código Penal en contra de los delitos ambientales como la minería a cielo abierto sin título.
"Todas las semanas hacemos operativos. Sin embargo la Ley es muy laxa y aunque los capturemos en flagrancia quedan inmediatamente libres, hemos llegado al punto de cerrar tres veces la misma mina", se quejó el alto oficial quien denunció además que de esa situación están enterados los Alcaldes municipales.
Con esto está de acuerdo Escobar: "Los Alcaldes están ayudando al problema porque expiden lo que llaman un amparo para permitir la explotación", denunció el funcionario quien aseguró que desde los 70 a la fecha, 47 mil hectáreas de bosque fueron arrasados en la subregión, de las cuales solo han podido recuperar y reforestar 5.200.
Grave daño al medio ambiente
De las 80 toneladas de mercurio que entran a Colombia para la explotación minera, 60 se quedan en el Bajo Cauca antioqueño, lo que hace que este mineral termine en el agua, aire y suelo.
Siguiendo los parámetros de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) que tiene como meta reducir la cifra a 50 toneladas, en dos años Corantioquia ha logrado sustraer del medio ambiente 21 de estas.
Aumentar las toneladas depende de que los mineros aprendan lo práctico de usar métodos gravimétricos (por peso) ya que según la entidad ambiental no solo aliviaría la degradación de la naturaleza sino que aumentaría la producción en un 15 por ciento.
Corantioquia ha recuperado hasta el momento 5.200 hectáreas de suelo con árboles como Acacia Mangium.
La empresa Mineros S.A. ha sido líder en este proceso, demostrando así -dijeron directivos- que los mineros formales son responsables y que por ello aplican esas estrategias de mitigación.
Yeison Gualdrón
Enviado Especial de EL TIEMPO
Con invitación de Corantioquia.
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