Por emmaflood. Mayo 9 de 2011
Ante la posibilidad de que la ley de víctimas reconozca que en Colombia hay conflicto armado interno, que ya cuenta con el respaldo del presidente Santos, el ex presidente Uribe agita una "original" contrapropuesta que contradice los argumentos que utilizó durante su mandato para polarizar a la ciudadanía en lugar de propiciar el análisis racional del conflicto.
Entierro colectivo tras masacre. Imagen de la Revista semana |
Uribe aprovecha el tema para reavivar su consabido odio a las FARC, su arma principal de propaganda electoral para su grupo político cuyo triunfo en las elecciones de octubre facilitaría su regreso al poder ahora en alguna alcaldía o en el futuro mediante una reforma constitucional. El desprestigio del Polo gracias a la corrupción en la Alcaldía de Bogotá y la pésima administración de Samuel Moreno, la supervivencia del séquito uribista no encarcelado del Congreso y las buenas relaciones que cultivó con el sector más derechista de las fuerzas armadas, son parte de los recursos para su regreso al poder.
Su contrapropuesta tiene claras intenciones, entre ellas la de dejar fuera de la ley a las víctimas de crímenes perpetrados por agentes del estado como las muertes y desapariciones forzadas, los falsos positivos ocurridos durante su gobierno y que revisten mayor gravedad justamente porque es el gobierno que por mandato constitucional el que debe velar por la vida de los ciudadanos. (Las FARC nunca juraron por Dios y por la Patria respetar la constitución como sí lo hace un gobierno).
El reino de Uribe no es el de la paz- Uribe está interesado en que los colombianos sigan creyendo que las FARC son unos simples narcoterroristas sin importancia política, en el mismo nivel de la delincuencia organizada de los paramilitares. Uribe está interesado en la continuación de la guerra ya que los intereses económicos de su grupo de pertenencia están vinculados a la guerra.
La nota de El Tiempo sobre la contrapropuesta de Uribe dice: "En opinión de Uribe, el texto "debería referirse a víctimas de grupos armados al margen de la ley y no a víctimas del conflicto armado interno"
"Grupos armados al margen de la ley" como lo propone Uribe, incluiría en la misma categoría a las FARC, el ELN y los paramilitares (ahora Bacrim) que nunca se rebelaron contra el estado como las FARC y el ELN.
Los paramilitares nunca se levantaron contra el estado porque son simplemente criminales sin objetivos políticos sino económicos aunque se hayan apoyado en ciertos personajes políticos, o actuado junto a ellos para robar al estado. Nunca enfrentaron a las fuerzas armadas. Se unieron a ellas con el propósito de vencer a las FARC para dominar el territorio apto para el cultivo de coca.
Aunque Uribe haya hecho hincapié en el aspecto "narcoterrorista" de las FARC, eso no invalida el hecho de que las FARC son actores políticos.
Los objetivos de las FARC son políticos- Las FARC se financian ilegalmente, como todos los grupos insurgentes porque no cuentan con fondos del estado como las fuerzas armadas. Pero su objetivo principal no es el narcotráfico, sino atacar al estado y eventualmente suplantarlo. Es un hecho que las FARC realizan labores propias del estado como es atender enfermos en algunos poblados, construir caminos, etc., aunque esto redunde en su propio beneficio.
Cambiar el nombre no cambia la realidad- Por más que nuestro ex presidente se esfuerce en ponerle otro nombre, eso no cambia las condiciones como para que el conflicto colombiano deje de ser un conflicto armado interno tal como lo reconoce la Cruz Roja Internacional, Las Naciones Unidas y el Protocolo de Ginebra art.3.
Según criterios de carácter universal existe conflicto armado interno:
-cuando se enfrentan dos fuerzas desiguales, una rebelde y las fuerzas del estado.
-cuando hay acciones hostiles de carácter militar de una parte de la población contra el estado.
-cuando el grupo armado está organizado militarmente en Bloques con jerarquías de mando.
-cuando tienen control territorial así sea mínimo.
Y aunque Uribe se empeñe en negar lo anterior, la legitimación o no de las FARC como grupo político depende de que el gobierno les responda militar y políticamente y no del hecho de llamarlos narcoterroristas.
Son los hechos concretos y no los nombres o los calificativos que legitiman el carácter político de las FARC tal como enumero a continuación.
-La participación de las fuerzas armadas para combatir a las FARC y ELN.
-La actuación e intermediación directa de la Cruz Roja Internacional en las zonas de conflicto.
- La intermediación de Piedad Córdoba y de los pilotos brasileños en la liberación de secuestrados, llamados rehenes por la subversión porque así los nombran las entidades internacionales al aceptar la existencia del conflicto armado interno colombiano. Uribe los llama secuestrados porque no acepta la existencia del conflicto armado. Se llama secuestro cuando la privación de la libertad no se da en un contexto de guerra sino del delito común.
-El cese de las acciones militares para la entrega de secuestrados
- El enorme gasto militar (ver SIPRI) en armamento, aviones y personal militar entrenado en guerra contrainsurgente que sirven exclusivamente para un conflicto armado interno y son inadecuados para un conflicto armado externo. Colombia tiene el mayor presupuesto militar en Sudamérica después de Brasil, casi todo dedicado a combatir a la guerrilla
- La ayuda militar de Estados Unidos para combatir a las FARC.
-La permanencia del conflicto en el tiempo
Para contradecir estas evidencias, Uribe tendría que demostrar:
- que las FARC no son la prioridad de la guerra en Colombia, y que por eso no tendrían ninguna importancia política ni amenazan la estabilidad del país.
- que el dinero del narcotráfico con que se financian las FARC no está ligado a la compra de armas para atacar al estado, hacer emboscadas a la fuerzas militares, mantener el control territorial en la selva y las montañas de Colombia para desmoralizar a las tropas y socavar la confianza en el gobierno y las fuerzas armadas.
-Tendría que negar la existencia del Plan Patriota que es una extensión del Plan Colombia creada exclusivamente para atacar a las FARC.
-Tendría que demostrar que nunca dijo que las FARC son comunistas, ni que las FARC tienen relaciones con el PCC o el PC3, y que las FARC son el brazo armado de dicho partido. Porque afirmarlo implica aceptar que las FARC tiene objetivos políticos que incluyen la destrucción del estado y la suplantación del gobierno. Tendría que negar lo que tantas veces dijo, que las FARC son una amenaza para la democracia.
Referirse a las FARC como bandidos narcoterroristas es un método bastante burdo para quitarle importancia a las FARC como actor político. Negar la importancia política del conflicto armado en Colombia impide la búsqueda de una solución ya que ningún problema se puede resolver si se niega la realidad.
emmaflood@etb.net.co
No hay comentarios:
Publicar un comentario